viernes, 31 de julio de 2009

* LA EMOCION CONFLICTIVA DEL APEGO

El apego es la ilusión de que las cosas son permanentes, es la resistencia al cambio, la negación de la muerte y la no aceptación de que todo termina algún día.Los objetos nos atan a este mundo contingente y se convierten en pesados lastres para el alma. Son anclas que mantienen la conciencia a nivel del piso y no nos dejan asomar la cabeza para ver el horizonte.La mayor causa de nuestros sufrimientos es el apego, nos apegamos a nuestro cuerpo, a las personas, a las cosas, a las circunstancias.El aprender a desapegarnos nos hace libres y felices, comprendemos que a lo único que nos podemos apegar y que es permanente es a nuestra propia alma, a la que menos vemos.
La herramienta valiosa, la meditación, nos ayuda a liberarnos del apego y del deseo. El deseo es ya de por sí un apego y la forma de liberarse del deseo es llenándonos de amor, practicando la bondad, el amor a los demás, y haciendo meditación pues el deseo siempre busca algo por lo que apegarse y mantenerse y siempre lo encuentra, pero la meditación lo que hace es disolverlo, hacerlo desaparecer.
Podemos reducir el apego contemplando la impermanencia. Es cierto que todo aquello a lo que estemos apegados va a cambiar o bien lo perderemos. Un miembro de la familia puede morir o irse a otro lugar, un amigo puede transformarse en enemigo, un ladrón puede robarnos nuestro dinero. Incluso nuestro cuerpo, al cual estamos extremamente apegados, un día partirá. Saber esto no sólo nos ayuda a reducir nuestro apego, sino que nos entrega una nueva posibilidad de apreciar lo que tenemos mientras lo tengamos. No hay nada de malo con el dinero en si mismo, pero si estamos apegados a él, vamos a sufrir cuando lo perdamos. En vez de eso, podemos apreciarlo mientras dure, disfrutarlo y compartirlo con los demás sin olvidar que es impermanente. Entonces, si lo perdemos, el péndulo emocional no oscilará hasta tan lejos en la tristeza.
Llevados por el deseo, fallamos en apreciar la preciosura de lo que ya tenemos. Necesitamos darnos cuenta de que es muy breve el tiempo con que contamos para estar con aquellos a quienes amamos, con nuestra familia, con nuestros amigos y con nuestros compañeros de trabajo. Aún en el caso de vivir hasta los ciento cincuenta años, tendríamos muy poco tiempo para disfrutar y sacar el máximo partido a nuestra oportunidad como seres humanos.

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